Mac Demarco "Here Comes The Cowboy" es una mierda. Una enorme, de hecho. un tipo que ha cimentado su fama en el humo se tire dos años para esto merece hacerle pasar los meses de invierno recogiendo bellotas en un Gulag de Siberia.
Como no dispongo de tiempo para meterme en nuevos artículos ataco cosas viejas que escribí para blogs que hoy son páginas porno o casinos online. Es divertido encontrarse con quien eras hace un par de años; las cosas que decías, las que pensabas… Hay más en un texto viejo que en cualquier fotografía o vídeo y, definitivamente, en dos años pasan muchísimas cosas.
Como digo, me ha encantado leer al César de hace dos años: comedido, distante, pretendido… acojonado por decir algo fuera de lugar. Y no era exactamente culpa mía, sino de los blogs a los que dirigía el contenido. Pero lo que más me inquieta comprobar que ni siquiera en este mundo online, adalid de la libertad de palabra, es posible decir realmente uno piensa. Y lo digo porque esos blogs lo censuraban todo, como en la pesadilla del Eterno Retorno.
Y es que lo nuevo es aún más rancio que lo viejo.
Es curioso cómo nos pasamos la vida deseando que las cosas cambien para acabar haciendo lo mismo una y otra vez. Es el ciclo de la vida, amigo… Alguien, no recuerdo quien, decía: “que todo cambie para que todo siga igual”. Pues bien, esta es la sensación que me he llevado al leerme hablando sobre este disco de Mac Demarco.
Ahora ya sin remilgos, este disco es una mierda. Una enorme, de hecho. Y que un tipo que ha cimentado su fama en el humo se tire dos años para esto merece hacerle pasar los meses de invierno recogiendo bellotas en un Gulag de Siberia.
Y es una pena porque se supone que este tipo de artistas son los que le dan sentido a una generación, los de la cara de b, cuya impronta hace grande una era y que, sin embargo, no resisten creativos más de un par de discos.
Te contaré una anécdota en este sentido: durante un tiempo di clases de música a adolescentes. Pues bien, les dije que eligieran dos de sus canciones favoritas y más representativas de su generación para interpretarlas con público. ¿Qué eligieron? «A quien le importa» de Alaska y «Smell like teen spirit» de Nirvana. Yo les dije indignado: «pero eso es de mi generación», a lo que ellos contestaron: «es que ahora no hay nada». Y de esto no hace más de dos años…
Mac demarco es un picatoste sobre una sopa aguada
Hace dos años que no escucho a este tipo, no sé siquiera si tiene discos posteriores a este. Otro signo de los tiempos: como la información musical ya no existe, o te metes en su Facebook, Twitter o Spotify o no sabes si el artista sigue vivo o lo ha matado el Clembuterol.
No pienso hacer ni el esfuerzo.
De hecho, la primera sensación que tuve cuando lo escuché por primera vez hace algunos años fue la cantidad de músicos actuales que intentan imitarle (rémoras en busca de escamas frescas). Y no hablo de grandes estrellas, sino de compositores de rock convertidos en reposados intérpretes de música recreacional y vaporosa a los que poder escuchar mientras lías un cigarro o limpias la casa. Puro laid back inocente cuyo objetivo es la indiferencia: la evolución natural del antimúsico…
Vaya por delante que me parece un artista con una personalidad atractiva y un discurso ingenioso, al menos lo anterior a Here Comes The Cowboy, pero es curioso dar con un músico que se tome tan poco en serio y que tenga tanto éxito, la verdad.
En el fondo, es muy curioso ver que, pese a que le va bien, su actitud es la de un fumeta salido de un dibujo por Robert Crump que interpreta su papel granujiento para un público al que lo mismo le da el trap, que el rock, que las princesas Disney o danzas húngaras. Un verdadero asco.
Cuando el público se conforma con tu piloto automático
El álbum comienza rozando el tedio: líneas rectas sin cambios, nada de estribillos, bocetos sin terminar que han acabado formando parte de un disco que recuerda al efecto de un palillo entre los dientes. “Hey Cowgirl” es la mejor canción de este álbum y es un verdadero coñazo; “On The Square” parece una demo; “All Of Our Yesterdays” nos devela como compone este señor: primero hace el arreglo y después arma el tema: mal-pa-ga-or; “Skyless Moon” es lo que sale en el diccionario al buscar “austeridad herreriana” y “Bye Bye Bye” es el ejemplo de que la tontería del Low-Fi solo dura un par de discos. Lo demás no merece ni reseña.
En definitiva, una mierda. Pero espera, que aún queda lo mejor…
¡Por favor, que sea una señal!
Y ahora viene lo bueno.
Estas preparado.
Pues allá va.
Esta basura fue nombrada disco del año por la revista GQ (Gentlemen´s Quarterly) y fue tremendamente bien recibido en medio mundo. De hecho, en los USA alcanzó el número 2 para álbumes independientes y alternativos, el 3 en mejores álbumes de rock y el 10 a nivel nacional. ¿¡EL 10¿? ¿¡De rock!?… ¡¡¿¿Este sujeto!!??
Entiendo que pensar en que cualquier tiempo pasado fue mejor es tan odioso como pensar en el propio Mac Demarco; pero es bárbaro, de hecho, parece una profecía del fin de los tiempos.
En cualquier otro momento de la historia. En cualquiera. Este disco hubiera formado parte de una hoguera de 6 metros o habría sido descatalogado a los pocos meses de su publicación. Hoy es número 10 en EEUU; lo que otrora solo conseguían un Michael Jackson, unos Beatles o un Elton John…
Por eso sí puedo decir que esto no es normal. No lo es en absoluto.
¿Has escuchado el disco? Escúchalo y dime si es posible que el público prefiera esto, que es malo de solemnidad, a cualquier otra cosa; la que sea.
O las listas de éxitos son controladas por reptilianos sedientos de decadencia o estamos ante un cambio en el paradigma del gusto musical solo comparable al paso del “Ars Antigua” al “Ars Nova” del siglo XI.
De verdad, prefiero pensar que esto no es más que otro sello roto más del apocalipsis porque es incluso más potente que lo de los peces muertos o la lluvia de sangre…
He dicho…
En cualquier otro momento de la historia este hubiera sido un disco descatalogado a los pocos meses de su edición, hoy es número 10 en EEUU, lo que en otros tiempos solo conseguían un Michael Jackson, Beatles o Elton John, piensa un poco en ello mientras lo escuchas sangrando de existencialismo.
¿Quieres escucharlo en Spotify?
Recomendaciones
Si todavía no los has escuchado, prueba con estos discos:
- Salad Days (2014).
- Another One (2015).